Profesionalización de entrenadores. ¿Bueno o malo?

A lo largo de nuestro proceso evolutivo la actividad fisica ha sido fundamental para nuestra supervivencia, gracias a la capacidad de movernos nos transformamos en una especie fisicamente viable. A pesar de esto, somos frágiles, debemos alimentarnos bien, dormir bien y ser fisicamente activos, es decir, somos dependientes del bienestar. Aceptando esta fragilidad como seres humanos comprendemos que el papel del bienestar físico es crucial para nuestro desarrollo integral, es así como hoy por hoy encontramos un sin numero de deportes, disciplinas y modalidades deportivas, practicamente si de actividades fisicas se trata, hay para todos los gustos. Surge entonces la necesidad de contar con “Maestros” o profes como comunmente les decimos, responsables de enseñar lo relacionado con las disciplinas deportivas, un gran reto, ya que transmitir conocimiento no es para todos, no se les da a todos y no todos tienen las habilidades para lograrlo.

Seguro durante nuestro paso por las aulas nos encontramos con muchos profes, en el colegio o universidad, en seminarios o talleres, pero son pocos los que recordamos y son menos los que recordamos con aprecio, estos son los que yo llamo maestros, ya que fueron los que nos transformaron, los que verdaderamente sembraron, seguramente a estos les debemos que hoy hallamos escogido una profesión o una actividad específica, y porque no decirlo nos enseñaron a ser mejores seres humanos. Por otro lado están esos profes que pasaron por nuestra vida y lo único que nos enseñaron fue a no querer ser como ellos; sobradores, prepotentes, mediocres, ese tipo de profe que no aporta, solo ocupa.

Como director operativo de YR Evolución he tenido la fortuna de conocer más de 400 centros de entrenamiento a nivel nacional, esto me ha permitio acercarme a afiliados, instructores y propietarios, compartiendo opiniones sobre temas relacionados con el bienestar físico, adicionalmente soy usuario de centros de entrenamiento desde hace más de 30 años, tanto en gimnasios de cadena como en gimnasios pequeños. Desde mi experiencia, un buen profe debe reunir como mínimo estás tres cualidades: 1. Amor por la enseñanza. 2. Ser compente y 3. Tener habilidades sociales y comunicativas. Esto implica, que el profe sepa, disfrute el proceso y se le comprenda lo que quiere enseñar.

La Ley de profesionalización surge como respuesta a la necesidad de establecer requisitos “formales” para el desarrollo de las actidades del entrenador, es decir que solamente se ocupa del tema académico, no más. Se enfoca exclusivamente en las competencias del entrenador, y acá es donde se queda muy pero muy corta, entre otras cosas porque las habilidades blandas y el amor por la enseñanza son muy dificiles de medir, esto solo se hace evidente durante el proceso (clase). Lo que está pasando actualmente con esta ley, me hace recordar hace unos anos cuando en las universidades comenzaron a exigir que los docentes debian tener maestrias, en teoria esto mejoraria la calidad de la educación, pero no, lo que ocurrió fue que las aulas quedaron en cabeza de profesores, muy competentes eso si, pero incapaces de conectar y transmitir.

En síntesis la norma aporta ya que obliga a que los “profes” sean competentes, es decir, busca asegurar que sepan lo que deben saber, esto está bien y es un gran paso, pero para enseñar se necesita mucho mas que un título académico, y acá la norma se queda en cero, lo que está del todo mal.

En conclusión, la ley mete en el mismo costal a los dos tipos de profes que hay; por un lado los profes que se han formado en las áreas pertinentes, los que priorizan la formación del afiliado, los que prefieren formar conciencia sobre la salud a traves de la alimentación y hábitos, los que dignifican el entrenamiento físico, es decir a los que más que profes son “maestros”, y por otra parte; aquellos que también se han formado en las áreas pertinentes, que ven en el afiliado un bolsillo para que exprimir, los que son incapaces de entender las necesidades de bienestar del afiliado, aquellos que le venden al afiliado proteina en polvo, quemadores de grasa, preentrenos y anabólicos con la promesa de bienestar, los que durante la sesión personalizada con su afiliado son incapaces de despegarse del celular.

Según la ley los dos son idóneos. ¿Cuál de los dos preferiría?

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